domingo, 3 de junio de 2012

Sostiene Pereira - Antonio Tabucchi

Pereira sostiene que la ciudad parecía estar tomada por la policía, aquella tarde. Estaban por todas partes. Cogió un taxi hasta Terreiro do Paço y bajo los pórticos había camionetas y agentes con mosquetes. Tal vez temieran manifestaciones o concentraciones callejeras, y por eso vigilaban los puntos estratégicos de la ciudad. Hubiera querido continuar a pie, porque el cardiólogo le había dicho que le hacía falta ejercicio, pero no tuvo valor para pasar por delante de aquellos soldados siniestros, de modo que cogió el tranvía que recorría Rua dos Franqueiros y que terminaba en Praça da Figueira. Allí se bajó, sostiene y se topó con más policías. Esta vez tuvo que pasar por delante de los pelotones y eso le produjo un ligero malestar. Al pasar, escuchó cómo un oficial decía a los soldados: Y recordad, muchachos, que los subversivos están siempre al acecho, conviente estar con los ojos bien abiertos.


Qué libro estupendo. Sostiene Pereira es sin lugar a dudas uno de los mejores libros que leí estos últimos tiempos. Yo sabía que me iba a encontrar con algo maravilloso porque hace no mucho, Tabucchi falleció y los diarios se llenaron de crónicas, reseñas y reflexiones acerca de este autor y su libro más conocido. Y antes de eso, ya había entrado en contacto con él a través de un examen de Lengua Española, porque la profesora eligió un extracto de este libro para un ejercicio de tiempos verbales.

Los que lean el libro, se van a encontrar con esa omnipresente frase, "sostiene Pereira", que da cuenta de una declaración...aunque sin lugar a dudas no es la única forma de entender esas intervenciones del narrador, y las conjeturas que se pueden hacer acerca de ello es una de las partes más ricas del ejercicio pos-lectura. Sin embargo, este narrador inequívocamente apunta o hace referencia al lugar donde se sitúa la historia: Portugal, 1938, Salazar; o en un plano más grande: Europa, fascismo, Guerra Civil Española, república, Mussolini, Guernica, etc.

Y entonces, ¿quién es este Pereira? Un simple periodista de un pequeño diario de la tarde, encargado de la página cultural de los sábados, viudo, gordito y viejito, que poco a poco se va metiendo en lo que pasa en Europa. Porque uno podría pensar que si el tipo está encargado de la página cultural, la dictadura salazarista poco le preocupará, o en todo caso, poco lo interpelará. Pero no es tan así. Pereira se resiste a involucrarse, y de hecho ni siquiera es un tipo de izquierda, pero las mismas circunstancias lo van metiendo más y más.

El camino que transita se lo van delineando sus amigos y las personas que va conociendo. Están desde el mozo del bar Orquídea, hasta la portera que es informante de la policía, el padre Antonio (muy interesante personaje), la señora Delgado, el doctor Cardoso y, fundamentalmente, el joven Monteiro Rossi. Pereira, que trata de mantenerse desinformado y sólo piensa en literatura francesa, se ve obligado a tomar una posición. Creo que esto es una cosita que llama la reflexión, pues a fin de cuentas es algo que muchos olvidan en el mundo real. Pereira sostiene que él no es ningún Thomas Mann para denunciar las miserias del régimen, pero Cardoso le recuerda que no debe subestimar su posición de intelectual y que éstos están llamados a tomar una posición y a hacer algo.

Además de eso, el libro está lleno de referencias a grandes escritores europeos del siglo XX y XIX, así que los que tengan alguna idea de eso seguramente lo disfrutarán (yo no conozco ni a la mitad, aunque reconocí a varios que están en la lista). Y una última curiosidad: Pereira había contratado a Monteiro Rossi para que escribiera necrológicas de autores europeos consagrados que estuvieran viejitos, porque según él los periódicos portugueses no tienen buenos archivos y cuando muere un gran escritor, la necrológica aparece una semana después. Por uno de esos guiños de la vida, aunque no creo que nadie tuviera una necrológica preparada para Tabucchi (murió a la corta edad de 68 años), las crónicas no tardaron en aparecer, y los homenajes se publicaron en las secciones culturales de los sábados de todos los periódicos del mundo.

Puntuación: 10/10 ulis

Próximo libro a leer: 1984, George Orwell