martes, 18 de septiembre de 2012

El reino de este mundo - Alejo Carpentier

Todos sabían que la iguana verde, la mariposa nocturna, el perro desconocido, el alcatraz inverosímil, no eran sino simples disfraces. Dotado del poder de transformarse en animal de pezuña, en ave, pez o insecto, Mackandal visitaba continuamente las haciendas de la Llanura para vigilar a sus fieles y saber si todavía confiaban en su regreso. De metamorfosis en metamorfosis, el manco estaba en todas partes, habiendo recobrado su integridad corpórea al vestir trajes de animales. Con alas un día, con agallas al otro, galopando o reptando, se había adueñado del curso de los ríos subterráneos, de las cavernas de la costa, de las copas de los árboles, y reinaba ya sobre la isla entera. Ahora, sus poderes eran ilimitados. lo mismo podía cubrir una yegua que descansar en el fresco de un aljibe, posarse en las ramas ligeras de un aromo o colarse por el ojo de una cerradura. Los perros no le ladraban; mudaba de sombra según le conviniera. Por obra suya, una negra parió un niño con cara de jabalí. De noche solía aparecerse en los caminos bajo el pelo de un chivo negro con ascuas en los cuernos. Un día daría la señal del gran levantamiento, y los Señores de  Allá, encabezados por Damballah, por el Amo de los Caminos y por Ogún de los Hierros, traerían en rayo y el trueno, para desencadenar el ciclón que completaría la obra de los hombres. En esa gran hora —decía Ti Noel— la sangre de los blancos correría hasta los arroyos, donde los Loas, ebrios de júbilo, la bebería de bruces, hasta llenarse los pulmones.


Después de haber leído a tres autores norteamericanos seguidos, sentí la necesidad de reafirmar mi identidad latinoamericana y leer a uno de los máximos exponentes de nuestra América. Innecesario es decir la enorme influencia de un tipo como Alejo Carpentier, que marcó un antes y un después en las letras latinoamericanas.

El reino de este mundo es, sin dudas, un libro latinoamericano. Por empezar, el prólogo es una declaración de nuestra identidad, de Latinoamérica como lugar donde ocurre lo real maravilloso, de nuestra idiosincrasia como pueblo y nuestra particularidad en este mundo cada vez más globalizado (que me hace leer libros yankis). Para Carpentier, la magia y lo asombroso ocurre todo aquí, en América latina, y esta premisa se mantendrá viva en el tiempo. Por lo menos, nuestra literatura se conoce en el mundo más que nada por esto.

El libro en sí se sitúa en los períodos alrededor de la independencia de Haití. Imagínense que Haití fue el primer país en pelear por su independencia, mucho antes que cualquier país en el continente. Inspirados por la Revolución Francesa de 1789, ellos mismos hicieron la revolución en 1791 (!). Los esclavos negros se rebelaron contra los amos blancos y los masacraron y los obligaron a irse del país. De esta manera, Haití se convirtió en el primer país libre de nuestra América...aunque la inestabilidad estructural se mantiene hasta hoy. Si un haitiano hubiese escrito El reino de este mundo, podría haberle puesto como subtítulo "nuestros problemas empezaron aquellos días".

Así tenemos, entonces a Ti Noel, nuestro protagonista que observa cómo su país se transforma sustancialmente: el esclavo negro ya no tiene un amo blanco, sino un amo negro, y ya no trabaja más para un rey francés blanco, sino para un rey haitiano negro. Como en ese chiste que se contaba en la Polonia comunista, en la nueva Haití se reemplazó un sistema donde el hombre explotaba y esclavizaba al hombre, para pasar a uno donde pasa exactamente al revés.

Hablando de comunismo, hay que decir que Alejo Carpentier siempre apoyó la revolución castrista en su Cuba de adopción. Allí se crió y vivió los años revolucionarios. Con Fidel en el poder, fue embajador en Francia. En El reino de este mundo, escrito en 1949 (o sea, diez años antes de la revolución cubana), Carpentier pone sobre el tapete todo lo que él realmente cree que debe tener como objetivo una revolución (o yo supongo): la transformación de las relaciones sociales de dependencia. Para él, por lo que se lee del libro, en Haití tal cosa no ocurrió y las consecuencias saltan a la vista incluso hoy. En Cuba, bueno...mejor dejemos ese debate para otro día.


Puntuación: 7/10 ulis.

Recomiendo a: todos los latinos.

Próximo libro: The Brief and Wondrous Life of Oscar Wao, de Junot Díaz.

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