El primer desafío con este libro fue leerlo entero en francés: una amiga me prestó este mismo libro en francés y en español, pero decidí que haría un esfuerzo por leerlo en francés, para así practicar un poco. La verdad es que lo pude terminar, aunque me tomó más tiempo de lo previsto, y que pude entender bastante. Para haber sido el peor alumno de francés en mi colegio por 5 años seguidos (aunque después fui el mejor por un año en un curso en otro lugar, ¡ja!), creo que no está nada mal.
En fin, volvamos a L'amant y a Marguerite Duras. Pensemos en la Indochina de entreguerras: la colonia francesa en el sudeste asiático, donde están los blancos y los sometidos. Calor, mucho calor. Comida rica, fresca y por ahí picante. Tuk-tuks. Montañas verdes, arrozales y playa. En ese mundo se desarrolla nuestra historia en cuestión, pero también la de Marguerite Duras, porque (¡ajá!) este libro es —por lo menos— semi-autobiográfico. (Al parecer, cuando se hizo la película, en 1992, Duras dijo que este señor chino de verdad existió...y alguna que otra cosita más).
La historia se centra en una niña/mujer de 15 años, huérfana de padre, con una madre en bancarrota y medio loca, que se lleva a las patadas con su familia en general (sobre todo su hermano mayor), y encima vive en lo que hoy es Vietnam. La chica no es ninguna tonta, claro que no. Pronto conocerá a un hombre chino de 37 años, empresario y heredero a una gran fortuna, y se enamorarán.
A partir de ahí es donde empieza todo lo jugoso, todo lo que justifica el título del libro. La familia no pierde el tiempo, y mientras le hacen la vida imposible a nuestra protagonista por tener un romance con un chino, también se aprovecha de la situación. En el medio se intercalan las maravillosas descripciones de los paisajes vietnamitas, del valle del Mekong, de las calles de Saigón (hoy Ho Chi Minh), de la playa. Tal vez tenga que ver con que lo leí en francés, pero realmente es muy bello. Imagínense que en todo ese fresco te pintan un amorío entre una chica blanca y un adulto asiático, con todo lo que eso tiene de tabú y arriesgado.
Un último tópico que sólo voy a mencionar, pero que por razones obvias no voy a comentar, aunque es lo que más me gustó a mí, es el de las formas del amor en Oriente y Occidente. Es evidente que Duras supo trasmitir muy bien esta cuestión, y era un tema que no podía dejar de destilarse. El ojo observador y/o entrecerrado (jojo) verá muy bien cómo se pincelan las distintas maneras, convenciones, artes, seducciones, en pocas palabras, todo lo que hace al amor y al romance, para el occidental y para el oriental. Éstas confluyen y se abrazan, pero también colisionan y...bueno, no digo más.
Cierro con una frase guasa: Once you go yellow, you'll never look for another fellow. 'Nuff said.
Puntuación: 7/10 ulis.
A quién le pediría que me lo leyera: a mi profe de francés de quinto año y primer amor platónico, A. C.
La historia se centra en una niña/mujer de 15 años, huérfana de padre, con una madre en bancarrota y medio loca, que se lleva a las patadas con su familia en general (sobre todo su hermano mayor), y encima vive en lo que hoy es Vietnam. La chica no es ninguna tonta, claro que no. Pronto conocerá a un hombre chino de 37 años, empresario y heredero a una gran fortuna, y se enamorarán.
A partir de ahí es donde empieza todo lo jugoso, todo lo que justifica el título del libro. La familia no pierde el tiempo, y mientras le hacen la vida imposible a nuestra protagonista por tener un romance con un chino, también se aprovecha de la situación. En el medio se intercalan las maravillosas descripciones de los paisajes vietnamitas, del valle del Mekong, de las calles de Saigón (hoy Ho Chi Minh), de la playa. Tal vez tenga que ver con que lo leí en francés, pero realmente es muy bello. Imagínense que en todo ese fresco te pintan un amorío entre una chica blanca y un adulto asiático, con todo lo que eso tiene de tabú y arriesgado.
Un último tópico que sólo voy a mencionar, pero que por razones obvias no voy a comentar, aunque es lo que más me gustó a mí, es el de las formas del amor en Oriente y Occidente. Es evidente que Duras supo trasmitir muy bien esta cuestión, y era un tema que no podía dejar de destilarse. El ojo observador y/o entrecerrado (jojo) verá muy bien cómo se pincelan las distintas maneras, convenciones, artes, seducciones, en pocas palabras, todo lo que hace al amor y al romance, para el occidental y para el oriental. Éstas confluyen y se abrazan, pero también colisionan y...bueno, no digo más.
Cierro con una frase guasa: Once you go yellow, you'll never look for another fellow. 'Nuff said.
Puntuación: 7/10 ulis.
A quién le pediría que me lo leyera: a mi profe de francés de quinto año y primer amor platónico, A. C.
Próximo libro a leer: Buen día tristeza, de Françoise Sagan.
Mención especial a Nuria, quien me prestó el libro. Gracias.
Mención especial a Nuria, quien me prestó el libro. Gracias.
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