lunes, 17 de diciembre de 2012

Lord of the Flies - William Golding

The silence of the forest was more oppressive han the heat, and at this hour of the day there was not even the whine of insects. Only when Jack himself roused a gaudy bird from a primitive nest of sticks was the silence shattered and echoes set ringing by a harsh cry that seemed to come out of the abyss of ages. Jack hiself shrank at this cry with a hiss of indrawn breath; and for a minute became less a hunter than a furtive thing, ape-like among the tangle of trees. Then the trail, the frustration, claimed him again and he searched the ground avidly. By the bole of a vast tree that grew pale flowers on a grey trunk he checked, closed his eyes, and once more drew in the warm air; and this time his breath came short, there was even a passing pallor in his face, and then the surge of blood again. He passed like a shadow under the darkness of the tree and crouched, looking down at the trodden ground at his feet.


Lord of the Flies es un libro que hoy parece estar muy en boga, por todo el tema de sus similitudes con la serie Lost. También se lo conoce por su supuesta inspiración en la filosofía de Thomas Hobbes. Yo soy fanático de Lost y de Hobbes, pero debo decir, no sin tristeza, que este libro fue una gran decepción. Supongo que me inflaron mucho el globo, porque el libro en sí es muy bueno, pero no lo disfruté ni remotamente tanto como esperaba. Yo pensaba que era una alegoría del estado de naturaleza hobbesiano y eso en sí ya era motivo suficiente para que me interesara, pero para mi desilusión, no tiene tanto que ver con Hobbes.

Sin embargo, no es difícil darse cuenta por dónde vienen las comparaciones. En Lord of the Flies tenemos a un grupo de niños que naufraga y termina en una isla del Pacífico. A falta de adultos y ante la bajas expectativas de que puedan ser salvados, empieza a darse espontáneamente cierto orden societal. Bah, está la parte espontánea y la parte organizada, pero como son niños, la parte organizada se va al tacho en seguida. Lo que sigue es la evolución de este grupo de niños ingleses en una horda de bárbaros cazadores (ni siquiera recolectores) que no pueden ponerse de acuerdo ni en lo más mínimo, y donde todos desconfían de todos.

Ahí, sí, están las similitudes con el Leviatán de Hobbes. Pero a Hobbes no le interesaba mucho ver qué les pasaba a un grupo de personas si se las dejaba en una isla desierta. Hobbes lanza su propuesta política pensando en la Inglaterra de su tiempo, y su estado de naturaleza es una construcción teorética (algo que muchos parecen olvidar por momentos) para justificar su propuesta. Sí es una crítica (más o menos) velada de la sociedad inglesa en la que vivía, y yo creo que The Lord of the Flies también lo es. No es, ni remotamente, la versión ficcionalizada del Leviatán, como me la habían vendido.

Para aquellos que pueden leer en inglés, recomiendo mucho leerlo en ese idioma. Me pareció que lo más lindo que tiene la novela es el uso del lenguaje. También hay mucho simbolismo que remite al Cristianismo, ya incluso desde el título, así que envidio mucho a los que leyeron la Biblia y pueden identificar muchas más reminiscencias.

Ah, por cierto, este fue el ¡primer! libro que Golding escribió. Increíble, ¿no? Después ganó el Nobel también, y leí por ahí que fue amigo de James Lovelock, el mentor de la teoría de Gaia, de la Tierra como ser viviente que un día se va a cansar de los humanos y nos va a sacudir como pulgas. Aprovecho para recomendar un libro que Lovelock escribió hace poco para explicar su teoría, revisada y actualizada, a los que no somos científicos. Se llama La venganza de la Tierra.


Puntuación: 6/10 ulis

Se lo recomendaría a: todos aquellos que no quieren ver Lost porque alguien ya les arruinó el final.

Próximo libro: Los cachorros de Mario Vargas Llosa

No hay comentarios:

Publicar un comentario